- El tequila es fuente de la bebida ritual más significativa para las sociedades mesoamericanas, el maguey es una planta con importantes connotaciones simbólicas y ancestrales, que pocas veces recordamos.
Hay un vínculo de lo cultural, de las tradiciones con nuestra bebida. Cada que tenemos un sorbo de tequila, tenemos un sorbo de México. Mayahuel con sus 400 pechos da origen a nuestra bebida nacional.
Ramón González Figueroa, director general del Consejo Regulador del Tequila.
En la mitología azteca el símbolo de la fecundidad era la diosa Mayahuel, quien fue convertida en maguey para darle a los hombres los dones necesarios para su supervivencia. La diosa tenía cuatrocientos pechos para poder alimentar a sus hijos, los aztecas.
Mayahuel, es el centro del maguey rodeado por las pencas entrelazadas, refiriéndose a los “brazos” que florecen para ayudar al mismo pueblo. Su esposo representaba a algunas plantas que ayudaban a la fermentación del pulque, lo que provocaba que la bebida adquiriera poderes mágicos.
En una tormenta los rayos cayeron sobre plantas de agave y cocieron su corazón, lo que provocó que al cocer sus almidones, se convirtieran en una clase de miel y cuando los indígenas lo probaron fue considerado una dádiva divina de Mayahuel, por lo tanto, le rindieron culto en sus ritos ceremoniales como planta sagrada. Las personas consideraban que el maguey era una planta de nutrición esencial y solamente eran autorizadas para beberlo, los “mayores de edad” considerados los sabios de cada comunidad, las mujeres embarazadas, los jugadores de pelota (a punto de morir en celebración religiosa) y los enfermos por prescripción de los curanderos.
Hoy, todos podemos beberlo, disfrutarlo, y paladear en el tequila, al México antiguo y al México moderno al mismo tiempo.