En la penumbra de la madrugada, cuando la ciudad baja la guardia y las vialidades respiran sin tráfico, cuadrillas del SIAPA descienden al subsuelo de la avenida Lázaro Cárdenas para extraer lodo, basura y sedimentos que amenazan con desbordar la infraestructura pluvial durante las lluvias.
Desde el martes por la noche, el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado realiza labores de limpieza y desazolve en los carriles centrales de esta vía primaria, interviniendo 65 bocas de tormenta, dos cárcamos y el paso a desnivel de los Arcos del Milenio. Las maniobras, que se ejecutan entre las 23:00 y las 4:00 horas, buscan evitar afectaciones a la circulación y proteger tanto a automovilistas como a trabajadores.
“Tratamos de evitar en lo posible las afectaciones a la gente, pero también proteger a todos nuestros compañeros, por eso lo hacemos de noche”, explicó Antonio Juárez Trueba, director del SIAPA. La intervención se programó en dos fases: el martes se atendió el tramo de Arcos del Milenio hacia el Álamo y este miércoles corresponde al sentido opuesto.
Los cierres abarcan 7.5 kilómetros, desde el Parque de las Estrellas hasta el Álamo. Mientras tanto, las laterales y los carriles contrarios permanecen abiertos para mantener la fluidez vehicular.
Estas acciones forman parte del Programa Anual Preventivo 2025, con el cual se han intervenido hasta ahora 4,802 bocas de tormenta (24.6% del total metropolitano), 36 de 47 pasos a desnivel, 28 de 31 cárcamos y los 11 sifones de la Línea 2 del Tren Ligero. En total, se han extraído 7,069 metros cúbicos de azolve, el equivalente a 1,010 camiones de volteo de siete metros cúbicos.
“Gracias a estas labores, que día a día hacen las cuadrillas del SIAPA, vamos a prevenir que haya inundaciones en esta zona”, afirmó Ernesto Marroquín Álvarez, Secretario de Gestión Integral del Agua, al subrayar que se trata de un trabajo continuo y no de una medida aislada.
El avance global del programa es del 73%, y las autoridades reiteran el llamado a la ciudadanía para evitar arrojar basura a las calles, pues los drenajes no pueden con todo.En una ciudad que vive al borde del desbordamiento cada temporada de lluvias, estos trabajos discretos y nocturnos son la delgada línea entre el caos y la circulación.
