Fue en junio de 2021 cuando una noticia sacudió no solo a los activistas que velan por la protección animal, sino a toda la sociedad que reconoce la labor de los rescatistas: dos perritos pertenecientes a la Cruz Roja de Querétaro fueron envenenados en una colonia de la capital del estado donde solían pasear en compañía de su entrenador Édgar Martínez.
Aunque el brigadista interpuso una denuncia de inmediato, una jueza restó importancia al caso y dictaminó que el implicado, identificado como Benjamín “N”, de 60 años, quede en libertad a la espera de la sentencia; ante el descontento social surgió la campaña #JusticiaParaAthosYTango.
Catorce meses después de proceso judicial, Benjamín “N”, quien vivía en el mismo barrio que Martínez y alimentó a los caninos con salchichas envenenadas, fue sentenciado a 10 años y 6 meses de prisión por un tribunal de Querétaro.
Este caso se trata del primer juicio penal por crueldad animal en México, en el cual también se determinó que Benjamín “N” deberá pagar más de 2.5 millones de pesos como compensación por los daños.
“Logramos una sentencia con pena privativa de libertad y una reparación del daño ejemplar acorde al valor que tenían los perritos, la capacitación y todos los cuidados con los que contaba y que fueron empleados por su manejador”
Mónica Huerta, abogada de Édgar Martínez.
“A decir de la jueza (Alicia Basurto García) es una pérdida irreparable, incluso para la sociedad internacional, debido a las labores que realizaban Athos y Tango como parte de la Cruz Roja”, agregó Huerta.
Tango, un Yorkshire adiestrado para el apoyo psicológico de niños con trastornos de ansiedad, estrés postraumático y Síndrome de Down, en la Cruz Roja de Querétaro fungía como perrito de asistencia, mientras que Athos fue un border collie especialista en búsqueda y rescate, galardonado por localizar a siete víctimas del terremoto del 19 de septiembre de 2017 en Ciudad de México y participar en la búsqueda de sobrevivientes de la erupción de un volcán en Guatemala, en 2018.
Ambos eran parte del equipo de la Cruz Roja de Querétaro y estaban bajo el cuidado del entrenador Édgar Muñoz, quien los resguardaba en su domicilio junto con Balam, un hijo de Athos quien también fue envenenado, pero logró salvarse.
Benjamín “N”, de 60 años, había amenazado a Muñoz porque le disgustaba la presencia de los perros en la calle que compartían como vecinos; según la defensa del acusado, el entrenador no los controlaba adecuadamente. La sentencia será leída oficialmente el 30 de agosto, después de lo cual el condenado tendrá derecho a apelar la sentencia.
“El señor salió y dejó las salchichas tiradas y preparadas. Usó una combinación de venenos para asegurar que murieran más rápido”, explicó Muñoz.
