Con un emotivo concierto que incluyó boleros, rancheras y baladas, la Rondalla Voces del Alma llevó su música al Complejo Penitenciario de Puente Grande, donde cerca de mil 100 personas privadas de la libertad se reunieron para disfrutar de un momento de conexión y sensibilidad artística.
El evento, impulsado por la Secretaría de Cultura de Jalisco en colaboración con la Dirección General de Prevención y Reinserción Social del Estado, se llevó a cabo en el auditorio del Reclusorio de Sentenciados, y formó parte de un esfuerzo institucional por acercar la cultura a grupos vulnerables.
Durante el concierto, los internos —algunos acompañados de sus familias— ovacionaron cada interpretación de temas como Paloma Querida, Mujeres Divinas, Almohada, La Bikina y Sabes una cosa. Las canciones, muchas de ellas íconos del cancionero romántico mexicano, resonaron con fuerza entre quienes, al menos por una hora, encontraron en la música una forma de libertad.
“Nos llevamos una respuesta muy emotiva”, expresó Moisés del Toro Higareda, director general de la Rondalla Voces del Alma, agrupación con casi 30 años de historia. “El objetivo es claro: que la música abrace, consuele y sane, sin importar el lugar ni la condición”.
La Rondalla no solo lleva su arte a centros penitenciarios. Actualmente desarrolla los programas Música en la Edad de Oro, dirigido a personas adultas mayores en casas de descanso y espacios del DIF, y Melodías para Sanar, que cada último jueves del mes visita el Instituto Jalisciense de Cancerología.
La siguiente parada será el área femenil de Puente Grande, el próximo 9 de mayo, con un concierto especial por el Día de las Madres.
La Secretaría de Cultura, a través de su Jefatura de Festivales y Grupos Artísticos, reafirma con estos proyectos su compromiso por una cultura incluyente y transformadora. Como se vivió en Puente Grande, la música sigue siendo un lenguaje capaz de cruzar cualquier frontera, incluso la de una celda.
