FERNANDO BOTERO, EL ARTE DE LA GENEROSIDAD

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15 de septiembre de 2023

  • Su legado incluye más de 3,000 pinturas y 300 esculturas.

El pintor y escultor colombiano Fernando Botero, uno de los artistas latinoamericanos más importantes del siglo XX, famoso por sus figuras voluminosas y robustas, murió este viernes a los 91 años en Mónaco, donde residía parte del año.

Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de nuestra paz. De la paloma mil veces rechazada y mil veces colocada en su trono.

Gustavo Petro, presidente de Colombia.

“Estaba delicado de salud, llevaba varios años con un parkinson rígido” y “desarrolló una pulmonía en los últimos cinco días (…) Llegó un momento en que se le estaba dificultando muchísimo respirar, afortunadamente murió tranquilamente“, declaró la hija del artista a Blu Radio de Colombia.

Nacido en 1932 en Medellín, en el centro de Colombia, es considerado como uno de los mayores artistas plásticos latinoamericanos del siglo XX, celebrado también en las subastas de arte mundial de Nueva York o Londres.

El 9 de septiembre trabajó por última vez en su taller de Mónaco, antes de que su enfermedad respiratoria empeorara.

Arte a cielo abierto y para todos

El artista que decía que nunca sabía qué pintaría al día siguiente se inspiró en la belleza, pero también en los tormentos de su país, afectado por un conflicto armado de más de medio siglo. Así, su obra muestra escenas de guerrillas, atentados y matanzas.

En 1995 una bomba en el centro de Medellín mató a 23 personas y destruyó parcialmente una de sus esculturas, “El Pájaro“, cuyos restos permanecen en el lugar. Afirmaba que la política, “no es el oficio del pintor”, aunque hizo una excepción con una serie sobre los carceleros de la prisión estadounidense de Abu Ghraib, en Irak.

Botero, el artista latinoamericano mejor vendido en vida, batió su propio récord en 2022, cuando su escultura “Hombre a Caballo” alcanzó los 4.3 millones de dólares en una subasta de la casa Christie´s.

Fue también un importante mecenas, con donaciones estimadas en más de 200 millones de dólares. El artista regaló a los museos de Medellín y Bogotá muchas de sus obras, que en 2012 fueron declaradas bienes de interés cultural por el gobierno.

Fue “el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz”, expresó el presidente de Colombia, Gustavo Petro, tras su deceso.

Muchas obras de Botero engalanan parques y plazas, pues el artista reivindicó las exposiciones al aire libre como un “acercamiento revolucionario” del arte con su público. Una idea que estrenó en 1992 en París, con una muestra en los Campos Elíseos, y que luego llevó al gran canal de Venecia y frente a las pirámides de Egipto. Sus personajes de inmensas curvas también desembarcaron en 2015 en China, un sueño cumplido, según comentó.

Casado tres veces y viudo de su última esposa, la escultora griega Sophia Vari, quien falleció en mayo, Botero sufrió el duelo de la muerte tras un accidente de tránsito de uno de sus hijos, de solo cuatro años de edad. Más tarde, la implicación de otro hijo en un escándalo por corrupción.

Su legado, que incluye más de 3,000 pinturas y 300 esculturas, está pautado por su insaciable sed creativa. En los últimos años, en una carrera febril, trabajaba 10 horas diarias. La sola idea de dejar los pinceles “me aterra más que la muerte“, decía.



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