- Por primera vez en la historia, la humanidad ha cambiado la órbita de un cuerpo celeste, destacó Lori Glaze, directora de ciencias planetarias de la NASA.
La sonda espacial DART alteró la órbita de un pequeño e inofensivo asteroide ubicado a 11 millones de kilómetros de la Tierra, informó la NASA esta semana.
El 26 de septiembre se realizó esta misión de impacto como una prueba que demuestre si en el futuro se tendrá la capacidad de desviar un cuerpo celeste de mayores dimensiones, el cual represente un peligro mortal para nuestro planeta.
“La misión muestra que la NASA pretende estar lista para lo que el universo nos arroje”, dijo el administrador de la agencia espacial, Bill Nelson, durante la rueda de prensa en las instalaciones de Washington.
La sonda DART (Double Asteroid Redirection Test), que además significa dardo en inglés, estaba equipada con un sistema de navegación autónomo, y tenía una altura de 2.6 metros por 1.8 de ancho.
Pesaba 570 kilos, unos 10 millones de veces menos que Dimorfo, el asteroide de 160 metros de diámetro con el cual chocó a una velocidad de 22 mil kilómetros por hora, creando una estela de polvo que se extendió por varios miles de kilómetros, fenómeno que pudo apreciarse durante varias noches mediante observaciones telescópicas desde Chile y Sudáfrica.
La colisión alteró la trayectoria de Didymos, un segundo asteroide de mayor tamaño, con 780 metros de diámetro, que viaja al lado de Dimorfo.
Antes del impacto, al Dimorfo le tomaban 11 horas y 55 minutos darle la vuelta al otro asteroide. Los científicos habían pronosticado recortar 10 minutos de ese tiempo, pero Nelson señaló que el impacto redujo la órbita del asteroide en 32 minutos.
Originalmente, ambos asteroides estaban separados por 1.2 kilómetros. Ahora, están varias decenas de metros más cerca. Se estima que los cuerpos de 140 metros o más generan una destrucción similar a una bomba nuclear y podrían dejar un cráter de 2 kilómetros de diámetro.
“El impacto pudo haber dejado un tanto titubeante al asteroide, pudo haber afectado la órbita, pero nunca volverá a su ubicación original”, dijo el científico Tom Statler, quien al igual que sus compañeros, considera que la la cantidad de fragmentos fueron un factor en el resultado.
“Tomémonos un momento para dimensionar esto: por primera vez en la historia, la humanidad ha cambiado la órbita” de un cuerpo celeste, declaró Lori Glaze, directora de ciencias planetarias de la NASA.
Debido a que ninguno de los asteroides significaba una amenaza para la Tierra, y siguen sin serlo a medida que continúan con su trayecto alrededor del Sol, los científicos los eligieron para este importante ensayo.
Los expertos en defensa planetaria prefieren desviar con anticipación un cometa amenazador, en lugar de detonarlo y crear fragmentos que puedan caer en la Tierra. El vuelo hasta Dimorfos duró 306 días. Durante ese tiempo la nave registró un rastreo del firmamento.