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ICE EMPRENDE CACERÍA A LA SALIDA DE LAS CORTES DE INMIGRACIÓN EN EEUU

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18 de junio de 2025

“¡Soy un ciudadano cubano injustamente arrestado!”, grita Oscar Gato Sánchez, de 25 años, tras ser detenido al salir de una corte federal en Houston. Minutos antes, un juez de inmigración ha desestimado su solicitud de asilo en Estados Unidos.

A lo lejos se oye el llanto desesperado de su tía Olaidys Sánchez, una cubana de 54 años que vive en Texas como residente legal. Siente náuseas, tose. Se recupera. Dice que no sabe qué hará, mientras algunos familiares y amigos la consuelan.

A su sobrino lo han metido en una camioneta gris sin distintivos, que al arrancar enciende una sirena policial. Lo llevan a un centro de detención en Conroe, unos 80 km al norte de Houston, según consta en registros oficiales. Como él, decenas de migrantes aguardan allí su deportación.

De acuerdo con defensores de los derechos humanos, quienes hacen las detenciones son usualmente agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, el temido ICE, quienes tratan de pasar desapercibidos, sin identificación visible, en los pasillos de los tribunales. Otros, que llegan identificados, se cubren el rostro.

En las últimas semanas, en Estados Unidos se han vuelto comunes las redadas en las cortes de inmigración, a las que miles de migrantes acuden para resolver su proceso de asilo tras llegar al país en busca de mejores oportunidades o huyendo de la crisis económica en sus naciones de origen.

Pero, desde el regreso al poder del presidente Donald Trump en enero, el ICE está autorizado a ingresar a esos tribunales.

La AFP registró detenciones de migrantes en cortes en Nueva York.

A fines de mayo, medios locales difundieron imágenes de arrestos en una corte en San Antonio, Texas, donde una mujer pedía ayuda para que alguien fuera a buscar a sus hijos a la escuela, mientras otra mujer se despedía de su niño mientras la subían a un vehículo.

Además, han sido capturados inmigrantes en lugares de trabajo en diferentes estados del país.

Un limbo

Gato entró a Estados Unidos en diciembre de 2023. Como muchos migrantes, se entregó al cruzar la frontera con México y quedó en libertad con el compromiso de acudir a una corte de inmigración.

Presentó su solicitud de asilo a mediados de 2024 y el lunes 9 acudió a la corte de Houston, en donde debía fijarse fecha para una audiencia de fondo sobre su situación.

Pero el gobierno de Trump, que es parte en el proceso, pidió al juez desestimar el caso y éste accedió, dijo la abogada Bianca Santorini, quien tomó la defensa de Gato minutos después de su detención.

“El Departamento de Seguridad Nacional dijo ‘Ya no está en el mejor interés del gobierno continuar con este caso’. Entonces, si estás aquí sin estatus legal, tan pronto como tu caso es desestimado, la solicitud de asilo ya no existe”, explicó Santorini a la AFP.

Entonces, al salir del tribunal el migrante queda en un limbo en el que la policía migratoria aprovecha para detenerlo, agregó.

Según Santorini, alguien dentro de la sala del tribunal le informa a los agentes del ICE sobre los casos, “porque no se acercan a cada persona que sale del tribunal y le dicen: ‘Déjame ver tu documentación’. Ya saben lo que pasó cuando la gente sale”.

La abogada recordó que existe una disposición de la administración Trump para deportar a todo migrante sin estatus legal y sin casos pendientes que haya estado en el país menos de dos años.

“Hacer lo correcto”

César Espinosa, el director ejecutivo de la oenegé FIEL que vela por los migrantes, destacó que la mayoría comparece de buena fe ante las cortes.

“Están aquí intentando hacer lo correcto”, aseguró a la AFP.

Además de las capturas y las deportaciones –entre ellas las de 252 venezolanos enviados a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador–, Trump anunció vetos o restricciones de ingreso a Estados Unidos a ciudadanos de 19 países, entre ellos Cuba, Haití y Venezuela.

Las redadas del ICE han generado violentas protestas en Los Ángeles, la segunda ciudad más grande del país, hogar de una importante población migrante, así como manifestaciones en otras ciudades.

Los activistas por los derechos de los migrantes señalan que muchos en Estados Unidos celebran cuando el ICE detiene a indocumentados, pero no abren la boca cuando esas mismas personas hacen tareas que nadie quiere hacer.

“Cuando nos sirven, cuando son el pilar de nuestra economía, nadie se queja”, enfatizó Espinosa.


© Agence France-Presse



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