- Alfaro Anguiano fue líder estudiantil y se desempeñó como rector de la Universidad de Guadalajara.
Enrique Javier Alfaro Anguiano, exrector de la Universidad de Guadalajara y destacado jalisciense, ha dejado una huella imborrable en la educación y la política de Jalisco. Padre del actual gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, Alfaro Anguiano se graduó como abogado en la Universidad de Guadalajara en 1967, marcando el inicio de una brillante carrera.
Ese mismo año, Alfaro Anguiano comenzó su vida política como presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara. Su notable trayectoria profesional se extendió a la docencia, impartiendo clases de economía, civismo y literatura universal en diversas escuelas secundarias. Además, dirigió el bufete del servicio social en el Ayuntamiento de Zapopan y en la Universidad de Guadalajara, donde enseñó sociología, derecho obrero y derecho agrario.
A lo largo de su carrera, Alfaro Anguiano ocupó varios cargos administrativos en la Universidad de Guadalajara, incluyendo el de secretario general, director de la Preparatoria n.º 4 y director del Departamento de Enseñanza Preparatoria. Durante su gestión, se instituyó la Feria Internacional del Libro y se obtuvo el decreto presidencial que declaró reserva de la biósfera a la Sierra de Manantlán, demostrando su compromiso con la cultura y el medio ambiente.
Además de su labor administrativa, Alfaro Anguiano dejó una marca en el mundo literario, escribiendo prólogos para obras como “Orozco: Verdad Cronológica” en 1983 e “Independencia y Nación: Discursos Jaliscienses del Siglo XIX” en 1985. En 1989, recibió el Fiat de notario público, continuando su carrera en este campo tras retirarse de las actividades académicas y políticas.
Enrique Javier Alfaro Anguiano expresó en varias ocasiones su visión educativa con estas palabras: “Toda mi vida he trabajado y luchado para que los jóvenes tengan acceso a la educación, para prepararse y formarse y ser útiles a la sociedad e instrumentos de superación y libertad para nuestra patria.”
Su legado perdura en cada estudiante que tuvo el privilegio de aprender de él y en cada proyecto que impulsó, demostrando que su dedicación y compromiso con la educación y la sociedad jalisciense fueron más allá de su tiempo.