En medio de una creciente especulación mediática y con más de 130 cardenales convocados al Vaticano, el mundo católico se prepara para elegir al nuevo pontífice. ¿Cuánto tiempo tomará la decisión? ¿Quiénes son los “papables”? ¿Qué rumbo tomará la Iglesia tras el papado de Francisco? La doctora Luz María Álvarez Villalobos, profesora de Humanidades en la Universidad Panamericana, abordó estas preguntas en una entrevista con Jalisco TV.
Aunque la historia muestra que las predicciones sobre el nuevo papa suelen fallar, el interés mediático no cesa. “Me ha tocado vivir la elección de los últimos cuatro papas y nunca le atinan a los papables”, señaló la académica. La especulación ha aumentado con la proliferación de redes sociales, incluso en casas de apuestas, donde ya se perfilan favoritos como el cardenal Pietro Parolín y Matteo Maria Zuppi, ambos italianos, o figuras más jóvenes como el cardenal de Mongolia y el de Australia, de apenas 46 años.
Pero Álvarez advierte: “Favoritos no hay. Mis favoritos es que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales y sepan a quién elegir”.
El cónclave —el encierro solemne en el que los cardenales votan— sigue un protocolo milenario. Aislados completamente del mundo exterior en la Ciudad del Vaticano, tanto cardenales como personal auxiliar deben jurar confidencialidad. “Ni técnicos, ni enfermeros, ni nadie puede revelar nada. Incluso se bloquean las señales dentro de la Capilla Sixtina”, explicó la doctora.
En cuanto a los tiempos, si bien ha habido elecciones muy prolongadas —como la del siglo XIII, que duró más de tres años y terminó con los cardenales encerrados sin techo ni comida más que pan y agua—, los procesos modernos han sido más ágiles. “La más larga de los últimos papas fue la del Papa Francisco y duró apenas cinco votaciones”, comentó.
La elección del nuevo líder espiritual llega en un momento crucial. Francisco, considerado por muchos como un papa progresista y cercano a los sectores más vulnerables, ha dejado una huella particular. Álvarez lo resume así: “Lo hizo a su forma, muy pastoral, con atención directa a cada uno. La Iglesia necesita continuar con esta labor que han llevado adelante los últimos papas”.
El próximo pontífice, advierte, deberá enfrentar desafíos globales: las migraciones, la inequidad, la salud de los pueblos, y sobre todo, mantener viva la esencia del cristianismo: el amor al prójimo.La Iglesia, en palabras de la académica, está en un momento de introspección, pero también de esperanza.
El humo blanco que anunciará al nuevo papa traerá consigo no solo un nombre, sino una nueva dirección para una de las instituciones más antiguas del mundo.