Los ecuatorianos empezaron a votar este domingo para elegir presidente entre el mandatario Daniel Noboa y la izquierdista Luisa González, en una elección que se prevé reñida y avanza bajo un clima de tensión por la violencia del narcotráfico.
En la capital bordeada de volcanes y a 2 mil 850 metros de altitud, la gente se acercaba abrigada a los colegios electorales custodiados por policías y militares.
“En esta elección (…) nos liberamos o nos hundimos”, dice a la AFP Elena Betancourt, una jubilada de 73 años.
Varias encuestadoras prevén un codo a codo tras la ajustada primera vuelta en la que Noboa se antepuso con menos de un punto porcentual.
El miedo y la tensión ensombrecen los comicios en el país de 18 millones de habitantes, donde cada hora asesinan a una persona.
La guerra entre carteles provocó el magnicidio de un presidenciable, la toma de cárceles por parte de bandas criminales y el asalto armado a un canal de televisión mientras sus periodistas transmitían en directo. Todo en una economía endeudada y asfixiada por el costo de la lucha contra el narco.
En las calles abundan carteles con rostros sonrientes de González y muñecos gigantescos de Noboa con puño en alto.
Según Comunicaliza, a inicios de abril la intención de voto por Noboa registraba un 50.3% frente a 49.7% de González.
“El lunes el país va a amanecer dividido”, dice Marcelo Salgado, administrador de una cafetería de 61 años.
Unos 13.7 millones de habitantes ejercen el voto obligatorio hasta las 17:00 horas locales.
¿Fraude?
De 37 años, Noboa es uno de los presidentes más jóvenes del mundo y aspira a mantenerse en el poder hasta 2029. Diez años mayor, González apuesta por ser la primera presidenta electa del país, con apoyo de su padrino político el exgobernante socialista Rafael Correa (2007-2017).
Noboa denunció irregularidades en el escrutinio del primer turno, pese a que observadores internacionales lo descartaron.
Y González acusó al gobierno de “acciones desesperadas” para manipular las actas de votación.
“Debemos rechazar con firmeza la narrativa de fraude, las acusaciones sin prueba no solo dañan a esta institución, sino que minan la confianza en la democracia misma“, dijo en el acto inaugural Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral.
Si el resultado es ajustado quien gane tendrá problemas de “legitimidad” y gobernabilidad con la “mitad del país en su contra”, explica el politólogo Simón Pachano.
En vísperas de las votaciones el gobierno declaró 60 días de estado de excepción y ordenó toques de queda nocturnos en las regiones más golpeadas por la violencia.
“Es violatorio a nuestros derechos”, se quejó González tras votar en su originaria Canuto (suroeste).
Noboa sufragó en el balneario de Olón sin dar declaraciones.
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