La elección del Papa León XIV ha sido recibida con esperanza por el Arzobispado de Guadalajara, que ve en su nombramiento un impulso para las causas sociales, la justicia y la paz, así como un fortalecimiento del discurso de la Iglesia católica en torno a la inclusión y el servicio a los más necesitados.
Así lo expresó el obispo auxiliar de Guadalajara, Manuel González Villaseñor, quien destacó el simbolismo del nombre adoptado por el nuevo Pontífice, evocando al Papa León XIII, recordado por su encíclica Rerum Novarum, considerada un hito en la doctrina social de la Iglesia. “Cuando un Papa llega y toma ese nombre significa que le va a dar prioridad también a las obras sociales”, sostuvo.

González Villaseñor también subrayó que cada pontífice refleja su propia historia de vida y cercanía con las comunidades a las que ha servido. En el caso de León XIV, resaltó su trayectoria misionera en regiones marcadas por la pobreza. “Es un Papa que sin duda va a abrir los brazos a todos aquellos, incluso a quienes se sienten marginados, despreciados. La Iglesia es madre y siempre abre sus brazos para ellos”, afirmó.
El obispo auxiliar agregó que el nuevo Papa ha mostrado una clara identificación con América Latina, al punto de asumir la ciudadanía peruana como gesto de cercanía con la región. La decisión, dijo, representa un mensaje de unidad y sensibilidad hacia los pueblos latinoamericanos.
Desde Guadalajara, la Iglesia local se prepara para acompañar el nuevo pontificado con renovado entusiasmo por las causas sociales, en sintonía con las prioridades del Papa León XIV.
Con información de Karina Lomelí .
