El dominio de Red Bull en la Fórmula 1 tuvo altibajos en 2024. A pesar de que Max Verstappen logró su cuarto título consecutivo, el desempeño general del equipo dejó dudas, especialmente con Sergio “Checo” Pérez, quien no cumplió con las expectativas de la escudería. Según Adrian Newey, exdirector técnico de Red Bull, el problema radicó en el propio equipo y no en los pilotos.
Newey, considerada una de las mentes más brillantes del automovilismo, explicó que el RB20 se volvió un monoplaza complicado de manejar tras los cambios implementados para la temporada. Además, criticó la falta de experiencia de los ingenieros y diseñadores que quedaron a carga tras su salida.
El ingeniero británico señaló que, desde el inicio de la temporada, notó que el RB20 tenía un ritmo inusual y advirtió sobre posibles complicaciones. Sin embargo, sus preocupaciones fueron ignoradas, ya que la filosofía del equipo era priorizar la velocidad para Verstappen, sin considerar los efectos en la maniobrabilidad del coche. Newey dejó Red Bull después del Gran Premio de Miami y fichó por Aston Martin. Su despedida dejó un mensaje claro: “El problema nunca fueron Max ni Checo, sino el auto, que llegó a ser inmanejable para cualquier piloto”.
Esta declaración abre el debate sobre el futuro de Red Bull en la era post-Newey y si la escudería podrá mantener su hegemonía sin una de sus piezas clave.
Con Información de Christopher Espinoza.