El jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir, afirmó que el objetivo de acabar con Hamás en Gaza “aún no ha terminado”, lo que pone en entredicho la tregua vigente en el territorio palestino. Mientras que Netanyahu se limitó a decir que está “decidido a ganar”.
Israel lanzó su ofensiva militar en la Franja tras el ataque del 7 de octubre de 2023 en el sur del país perpetrado por miembros de Hamás, en el que murieron mil 218 personas.
El grupo tomó 251 rehenes, que fueron llevados a Gaza. Un total de 58 siguen cautivos, 34 de los cuales estarían muertos, según el ejército israelí.
La operación de Israel ha provocado al menos 48 mil 440 muertos en Gaza, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Sanidad de Hamás considerados fiables por la ONU. También ha generado un desastre humanitario entre los 2.4 millones de habitantes de la Franja.
EL HAMBRE, UN “ARMA DE GUERRA”
El 19 de enero entró en vigor un acuerdo de tregua alcanzado con la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos.
Este pacto se aguanta con alfileres, ya que Israel y Hamás discrepan sobre cómo mantenerlo una vez expirada la primera fase del mismo.
En esta primera etapa, Hamás entregó a 33 rehenes e Israel liberó a unos mil 800 palestinos.
Israel también permitió la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza, antes de bloquearla el domingo en medio del desacuerdo con Hamás sobre la continuación de la tregua.
Israel quiere que la primera fase se prolongue hasta mediados de abril y exige la “desmilitarización total” del territorio palestino, la salida de Hamás de Gaza y la entrega de todos los rehenes antes de pasar a una nueva fase.
Hamás quiere pasar a la segunda etapa, que contempla un alto el fuego permanente.
Una tercera fase debería dedicarse a la reconstrucción de Gaza.
© Agence France-Presse