Testigos presenciales y víctimas directas de la tragedia comparten el dolor que no cesa
Jaime Muñoz es el mayor de cinco hijos, vivía sobre la calle Gante y doctor Silverio García; tenía tan sólo 17 años edad cuando vio cómo su hogar se venía abajo tras una explosión y fue justamente cuando entendió que la vida de su familia cambiaba por completo.
El 22 de abril quedó en la memoria de los tapatíos de quienes buscaron entre los escombros con la esperanza de encontrar personas vivas y de quienes los encontraron pero ya nada pudieron hacer.
Junto al periodista José Luis Jiménez Castro, testigos presenciales y víctimas directas de la tragedia comparten la memoria viva del dolor que no cesa.
Ya han pasado 33 años, Guadalajara comenzó a reconstruirse y aunque hoy no se ven estragos de aquella explosión las cicatrices permanecen en la memoria de quienes sobrevivieron y de quienes perdieron todo, familia y patrimonio.
Son ellos quienes hacen el llamado para no dejar a la desmemoria lo sucedido.
- Alejandra Lozano – Jalisco TV